lunes, 2 de febrero de 2015

DE BURBUJAS Y OTROS MENESTERES



Estamos tan inmersos en nuestros propios ombligos que obviamos la realidad.
Pero ella está ahí, acechando, a la espera de saltar sobre uno y engullirlo.
Y es que no se puede vivir del cuento eternamente.
No se puede no ser.
No se puede ser, sin vivir.
Porque vivir no es fácil...
Y cuando la realidad ataca, golpea duro.
Rompe la burbuja en la que estábamos inmersos con crueldad, dejándonos indefensos a merced del mundo.
Y ahí sólo tenemos dos opciones:
asumir y empezar el cambio, o parchear la burbuja en un burdo intento de mantenernos.
La inmensa mayoría parchea. y generalmente los parches son, cuando menos, de dudosa ética.
Son parches de plástico, falsos, llenos de ira y cargados de complejos.
Agresivos, condenatorios, ruines y de baja moral.
Parches que intentan sostener lo insostenible, que impiden la realización del indivíduo que a su vez, intenta impedir la del prójimo.
Y es entonces cuando la persona deja de serlo y se convierte  en un estafador a merced de sus propias mentiras, recreándose en sus miserias y adaptándolas a sus propósitos.
Propósitos autodestructivos y dañiños que sin darse cuenta le consumen lenta pero inexorablemente.
Se crea entonces una sub-burbuja llena de odio hacia el mundo exterior. Odio y miedo a lo distinto, a lo hasta entonces desconocido por querer desconocerlo.
Empiezan entonces los reproches hacia ellos mismos, reproches que quedan en el más absoluto de los silencios por temor a ser desahuciados de sus burbujas. 
Dependencia....mal asunto.
No encuentran más salida a tan frágil existencia que atacar.
Atacan todo aquello que les cause inquietud. Todo aquello que escape de sus absurdos convencimientos.
Y se convierten en meros títeres sin cabeza dando tumbos sin dirección y atormentados.
Sólo unos pocos se atreven a plantarle cara a la realidad y a asumir el cambio.
Y esos son los afortunados.
Porque sienten, saborean, se inundan de ellos mismos.
Caminan despacio, sin prisa... y con cada paso se vuelven más sabios, más de verdad, mas humanos.
Se tornan valientes, se hacen fuertes ante cualquier adversidad, desalojan el miedo de sus vidas y comienzan.
Actúan.
Actuar, esa es la clave.
Ya no les falta el aire, ya no dependen...No sienten la necesidad del engaño barato, de las malas artes, del menosprecio hacia la humanidad.
Y eso les hace LIBRES.
Libres, mientras las burbujas interactúan lastimosamente a su alrededor.

















martes, 13 de noviembre de 2012

Cada día cruzo el parque. Y cada día paso frente al mismo hombrecillo.
Sentado en un banco verde, mirando la nada y sonriente.
Y pienso ¿por qué coño sonreirá? Hace frío, llueve, se tapa con 4 cartones, vive de limosnas, está viejo, sucio y por su aspecto, no muy sano.... ¡no lo entiendo!
Día tras día paso, lo miro, me mira, sonríe y yo me hago la misma pregunta.
Hasta hoy.
Esta mañana me he acercado a Él y le he mirado a los ojos, de  frente. Quería hacerle un millón de preguntas, estaba más que dispuesto a reprocharle aquella sonrisa.
Pero entonces ha levantado la vista y me ha mirado.
Y me ha sonreído.
Y mis palabras han dado media vuelta y se han escondido avergonzadas de su descaro.
En silencio me he sentado a su lado y he encendido un pitillo ofreciéndole otro al hombrecillo, que ha aceptado de buen grado.
Una calada, otra y a la tercera, una leve sonrisa ha aparecido en mis labios.
Otra calada y esta vez, la sonrisa llega amplia, abierta, confiada.
Otra más y estallo en carcajadas.
El hombrecillo me mira y por primera vez su gesto es serio.
Entonces se levanta y furioso me espeta:
- ¿Y tú de qué coño te ríes? Trabajas 12 horas al día por una miseria que no te da ni pa pipas. Vives inmerso en una sociedad que ni siquiera sabe que existes. Tu casa y tu nómina son propiedad del banco. Tu novia te ha dejado y se ha llevado el perro...
 En serio ¿de qué coño te ríes?
Me atraganto con la risa y me dan arcadas.
Tiene razón ¡joder que si la tiene! 
¡Puto viejo!
Se sabe mi vida mejor que yo.
Me quedo petrificado, mudo, acojonado.
Y entonces el hombrecillo toca mi hombro.
No sé si mirarle o echar a correr. Opto por mirarle.
Nos quedamos frente a frente con la vista cada uno clavada en el otro.
Y entonces sucede.
Las carcajadas comienzan a fluir solas, sin control, sin sentido... pero sientan tan bien...
- ¡Puta vida chico! dice el hombrecillo.
- ¡Reputa, puta y putón! contesto yo.


jueves, 22 de marzo de 2012

DE RECUERDOS.


Deambulaba sola por aquel parque vacío.
Vacío de gente, vacío de ruidos, vacío vacío vacío...
Caminaba despacio arrastrando los pies. Unos pies que ya, apenas la sujetaban.
Se paró,  buscó en los bolsillos de su chupa desgastada y sacó un paquete de tabaco.
- ¡Mierda! ni un puto cigarro.
Bajó la mirada al suelo buscando y lo encontró: una colilla, y era de las grandes.
- ¡Bien! hoy es mi día de suerte.
La encendió y siguió caminando.
- No se puede vivir de recuerdos nena... Se dijo a si misma. - No se puede, no señor.
Los recuerdos atormentan, duelen y pesan ¡Joder! si pesan.
Con el ir y venir del tiempo te das cuenta de que vivir del recuerdo es insano. ¿O acaso lo sea no poseer recuerdo alguno?
¡Joder que paranoia! Ser o no ser, ¿de dónde vengo y a dónde voy?
Bueno, venir vengo del bar. Ir ya, es otra historia...
Quizá, tal vez, quien sabe.. pudiera vivir sin recordar. Sin embargo, si no posees recuerdos es que no has vivido, dicen.
Que no es lo mismo estar vivo que vivir. Y no vivir estando vivo es una putada y gorda.
Acéptalo chica: tus recuerdos acompañarán tus días, tus noches, tu vida. 
Y si no ¿qué te queda? Nada.
Tristeza, soledad, olvido.
Y tu no quieres caer en el olvido ¿verdad? No, no señorita. Que te recuerden aunque sea para llamarte zorra,
pero que te recuerden.
Y de la misma forma tu, debes recordar.
Recordar y aprender de los recuerdos. 
Tanto filosofar me ha levantado dolor de cabeza. Eso, o las 5 cervezas que han caído esta tarde.
¿Fueron 5 o han sido 6? Pues mira, no lo recuerdo.
En fin, parece que empieza a llover y yo sin paragüas.
¡Va! tirando pa casita que ya es hora.
Y recuerda: tienes que comprar tabaco.





miércoles, 19 de octubre de 2011

CONSIDERANDO

PIENSO LUEGO EXISTO....
Reconozco entonces que a veces, y sólo a veces, mi existencia es de lo más insulsa. Y es que a veces, y repito, sólo a veces, mis pensamientos son harto absurdos e infumables.
Por eso he tomado una decisión: ya no PIENSO, ahora YO CONSIDERO.

Y esto me lo ha inculcado mi querido padre, considerador donde los haya, que siempre empieza las frases con su ya más que famoso: "Yo, considero que..."
Esta frase, además de aliviarme en mi existencia, me ha salvado el trasero en innumerables ocasiones. Y es que, las consideraciones esquivan las discusiones y son expertas en callar pedantes. 
Además, queda más cool, más in, más chic. ¡¡¡ Y eso moooolaa !!!
Para que me entendáis, un ejemplo de consideración:
- Considero que eres un capullo.
- ¿Cómo, después de tantos años piensas eso de mí?
- Perdona, pero no he dicho que lo piense, sólo que lo considero. Y trás considerarlo puedo decirte, que lo pienso.
Si dices esto de carrerilla, con la mano en el pecho y sonriente ¡ya está! Capullo hecho un lío y silenciado.
Al menos, el tiempo que tarde en pensar lo que le has dicho...
Porque pensar requiere su tiempo, eso es obvio.
El mundo está tan lleno de grandes pensadores, que considero oportuna e incluso necesaria la reivindicación  de la CONSIDERACIÓN.
Ya lo estoy viendo: 
" Silvia; renegada pensante y sin embargo, gran consideradora".
Siiiiii......


Desde que tengo uso de razón (aunque nunca haya sido mucho), mi padre me ha reñido con "consideración", y era guay, era otra cosa. Porque no es lo mismo que te digan:
- ¡ Estás castigada sin salir!
A que te comenten:
- Considero que no saldrás hasta el fín de los tiempos.
Es más light, más llevadero, más.... ¡Que coño!  Era lo mismo, sin embargo, sonaba mucho mejor con diferencia. Y eso te hacía sentirte menos mal.
Considerar es dejar sitio a diferentes puntos de vista. 
"Pienso que..." es inamovible, tajante, lo piensas y punto.
Considerar sin embargo, te da opción a cambiar tu consideración en el momento oportuno.
Y eso nunca viene mal. Sobre todo cuando metes la pata y no vislumbras salida...
Por eso yo, cônsîderô,,cônsîderâvî,cônsîderâtum'.  
Además creo, que al mundo no le vendría mal un poco de CONSIDERACIÓN.









miércoles, 8 de junio de 2011

EL PASILLO. I


El pasillo era angosto, apenas iluminado.
Las mugrientas paredes hacían resbalar sus manos al apoyarse en ellas.
El poco aire que se colaba (sabe Dios por donde), lo inundaba todo con su aliento putrefacto. El hedor era insoportable.
La madera crujía a su paso bajo la raída moqueta y hacía frío.
Un frío despiadado que atenazaba cada músculo de su cuerpo.
El hambre presionaba su cerebro, que a su vez, presionaba su estómago que se retorcía por las arcadas, bien de hambre, bien de miedo, bien de ambas cosas.
¡Señor! ni siquiera lograba recordar cuando fue la última vez que comió caliente.
Fuera seguía lloviendo. Al menos, eso era lo que indicaba el constante repiqueteo que se había instalado de forma autoritaria y permanente en su cerebro.
Y el maldito pasillo seguía sin mostrar su final.
¡Dios!
Estaba tan cansado...
Se sentó; más bien, dejó caer su cuerpo cual fardo, y se acurrucó.
Y se sorprendió entonces presa del miedo. Pero ¿a quién, a qué, temía?
Allí no había nadie, sólo Él... o tal vez no.
Tal vez tenía compañía, tal vez no estaba solo, tal vez...
Un dolor agudo invadió su nuca y se estremeció.
Sus manos corrieron a enterarse de lo ocurrido y regresaron ante sus ojos teñidas de sangre. No era mucha, aunque sí la suficiente para asustarlo.
Entonces notó de nuevo el dolor, pero esta vez lo acompañó un golpe seco, contundente. Y los párpados comenzaron a pesarle, y la vista se volvió perezosa y se llenó de sombras.
Finalmente, sus ojos se cerraron despacio, asustados, incrédulos.
Estaba tan cansado, que aquel le pareció un buen momento para rendirse al sueño.
Aunque fuera un sueño eterno...

lunes, 4 de abril de 2011

MISTERIOS COTIDIANOS.


No puedo, no lo entiendo.
Un expediente X en mi propia casa.
A ver, ¿dónde coño están mis calcetines?
Os juro que  aunque sea un tópico, tengo 24 calcetines, cada uno de un color y, cada uno, con su correspondiente agujero.
Que yo me pregunto: ¿pa' qué coño me corto yo las uñas, con el esfuerzo que me supone llegar a ellas, si al final el agujero se hace igual?
Pero, ¿dónde se han metido el resto de calcetines?
Yo tenía dos de cada y sin agujero ¡¡lo juro!!
Esta tarde he tendido una lavadora y ya no estaban.
Y me he dicho: no pasa nada Silvita.
 Ahora cuando laves el resto de la ropa, aparecen, seguro.
Pues no, ¡¡¡craso error!!!
No están ni ahí, ni en mis cajones, ni en los suyos, ni en los de mi hija, ni en la sala, cocina, baño, pasillo, balcón...
¡¡Joder!!
Que he mirado hasta en la casa del hamster y en la pecera de la tortuga.
¡Ni pajolera idea, oye!
Me compraría calcetines nuevos, pero luego pienso: ¿y para qué?
Si de aquí a quince días desaparecen la mitad y los que queden van a tener un boquete como bocas de metro.
Creo que si algún día pongo un negocio se va a llamar:
                             EL PUTO CALCETIN DESAPARECIDO.
Voy a vender los calcetines de uno en uno, y vendrán todos con su agujero de serie.
¡¡¡Triunfo seguro!!!
Aquí querría ver yo al equipo de Sin Rastro, que son unos listos.
Y luego están los que además, se quedan sin fuerza.
Esto es, que se les cede la goma.
Que tu te los plantas a primera hora del día y de puta madre oye.
Pero a medida que pasa el tiempo...
Como quien no quiere la cosa.... solapadamente...

El puñetero se va escurriendo, escurriendo, hasta que consigue hacerse un bulto BASTANTE incómodo en la puntita de tu zapato.
¡¡¡¡La madre que lo parióóóóóó!!!!
Pa' joder así, que se hubiera perdido con el resto, ¡¡coño!!
En fin, que voy a ver si coso los que aún me quedan, que aunque sin goma, agujereados, y de diferentes formas, colores y tamaños... tengo calcetines.
Que con la crisis no está la cosa para andar gastando.

martes, 15 de marzo de 2011

UN BUEN FINAL.


Hubo momentos eternos.
Esperas desesperantes.
Nervios extremos, internos y externos.
Hubo llanto, hubo dolor.
Hubo rabia e incomprensión.
Ratos de soledad acompañada,
de compañía solitaria.
Tristeza, desesperación y mucha impotencia.
Resultados que no queríamos oír; negación absoluta.
Batas blancas, verdes y de todos los colores.
Arriba, abajo, a las cinco, a las diez...
Y Él, resignado, se dejaba hacer.
Pruebas, pruebas, pruebas... ¡malditas pruebas!
Y después, resultado final y abnegada aceptación.

Pero, entre todo esto hubo apoyo,
 INCONDICIONAL.
Desde dentro, desde fuera
cercano, lejano.
Abrazos cara a cara e incluso virtuales.
Hubo cariño, comprensión, ánimo.
Hubo gente maravillosa.
PERSONAS.
E incluso alguna sonrisa robada, de esas que saben a gloria bendita.

Y por fin llegaron las buenas nuevas:
el problema, fue cortado de raíz.
Desapareció, se esfumó.
CIAO !!!
Y regresaron la risa y la alegría.
Y vi  las batas de colores de otra forma, como trajes de faralares.
Y las pruebas se me antojaron juegos de niños.
Y di por bien pasados los nervios, la rabia y la impotencia.
Y las lágrimas fueron de risa.
Y entonces le abracé bien fuerte y le dije TE QUIERO, ya pasó.
Ya todo está bien, vamos a casa que Ella te espera impaciente.
Y Él sonrió y me devolvió el abrazo.
Agarró mi mano y la mano de su otra niña (siempre a su vera),
y juntos,
directos a casa.
Que ya era hora.
 ¡ Soy feliz !



A MI FAMILIA DE AQUÍ Y DE ALLÁ.
ESPECIALMENTE A MI MADRE, POR SERLO.
 A MI HIJA, POR AYUDARME TANTO.
A MI HERMANA, POR TANTAS CONFIDENCIAS Y ABRAZOS.
 A MI MARIDO, POR SU APOYO Y SU  INFINITA PACIENCIA.
 A MARINA , POR OBVIAR LA DISTANCIA Y ESTAR.
 A MIS CUÑADOS ANA Y RAMÓN, POR LA CALMA Y LAS RISAS REGALADAS.
 Y A  FABI, POR SU AMOR SIN CONDICIONES. SUS CUADROS ILUSTRAN ESTA ENTRADA.
Y POR ENCIMA DE TODO, A MI PADRE, POR MERECIDO.
OS AMO.

Y POR SUPUESTO A VOSOTROS, POR ESTAR SIEMPRE.
A QUIENES YA SABÉIS, GRACIAS POR VUESTRAS PALABRAS DE ÁNIMO Y AMISTAD.
GRACIAS DE CORAZÓN.