jueves, 22 de marzo de 2012

DE RECUERDOS.


Deambulaba sola por aquel parque vacío.
Vacío de gente, vacío de ruidos, vacío vacío vacío...
Caminaba despacio arrastrando los pies. Unos pies que ya, apenas la sujetaban.
Se paró,  buscó en los bolsillos de su chupa desgastada y sacó un paquete de tabaco.
- ¡Mierda! ni un puto cigarro.
Bajó la mirada al suelo buscando y lo encontró: una colilla, y era de las grandes.
- ¡Bien! hoy es mi día de suerte.
La encendió y siguió caminando.
- No se puede vivir de recuerdos nena... Se dijo a si misma. - No se puede, no señor.
Los recuerdos atormentan, duelen y pesan ¡Joder! si pesan.
Con el ir y venir del tiempo te das cuenta de que vivir del recuerdo es insano. ¿O acaso lo sea no poseer recuerdo alguno?
¡Joder que paranoia! Ser o no ser, ¿de dónde vengo y a dónde voy?
Bueno, venir vengo del bar. Ir ya, es otra historia...
Quizá, tal vez, quien sabe.. pudiera vivir sin recordar. Sin embargo, si no posees recuerdos es que no has vivido, dicen.
Que no es lo mismo estar vivo que vivir. Y no vivir estando vivo es una putada y gorda.
Acéptalo chica: tus recuerdos acompañarán tus días, tus noches, tu vida. 
Y si no ¿qué te queda? Nada.
Tristeza, soledad, olvido.
Y tu no quieres caer en el olvido ¿verdad? No, no señorita. Que te recuerden aunque sea para llamarte zorra,
pero que te recuerden.
Y de la misma forma tu, debes recordar.
Recordar y aprender de los recuerdos. 
Tanto filosofar me ha levantado dolor de cabeza. Eso, o las 5 cervezas que han caído esta tarde.
¿Fueron 5 o han sido 6? Pues mira, no lo recuerdo.
En fin, parece que empieza a llover y yo sin paragüas.
¡Va! tirando pa casita que ya es hora.
Y recuerda: tienes que comprar tabaco.