domingo, 29 de noviembre de 2009

Y SER, SENCILLAMENTE... YO.

En estos dias en que los esteriotipos nos invaden, y parecen dominar el mundo. Yo, me revelo.
Ya no quiero seguir maquillando mi rostro con colores esperpenticos, ni colapsar mi cabello con lacas asfixiantes.
Solo quiero ser yo misma.
Tiempos de tacon de aguja, Chanel nº 5, pantalon pitillo y minifaldas de escandalo.
¿ Que tiene de malo un pantalon ancho, unas catiuscas, o la colonia Nenuco?¿ Que fue de la comodidad? Ha quedado irremediablemente aplastada por el absurdo ir y venir de la moda.
Yo no quiero nada de eso, me suena a falso. A quedar bien por encima de todo.
No quiero ver lo que ven todos, no quiero hablar mas de lo mismo.
Quiero tener mi propia opinion, sin interferencias.
¿ Soy alguna especie en extincion por ello? Parece que si, al menos, si algun bicho raro.
Pero ¿sabeis? Me encanta ser la oveja negra.
Solo quiero ser yo misma.
No quiero continuar haciendome la valiente, porque tengo mis temores, como todo bicho viviente.
No quiero ser siempre , "esa chica fuerte". Porque mis debilidades me hacen ser como soy. Porque las corazas pesan... pesan mucho y acaban minando el alma.
Quiero ser libre, solo asi, podre ser.
Quiero mirarme al espejo y verme sin tener que depojarme de cien mil capas.
Quiero reir con ganas y llorar si me apetece porque si, sin tener que buscarle un sentido.
No quiero ser reina, ni princesa, ni siquiera sapo encantado.
No quiero desconocerme. Quiero mirarme de frente.
Quiero charlar conmigo, y hacerme caso. Quiero ser yo, con lo bueno y lo que no lo es tanto. Pero yo, al fin y al cabo.
Claro que quiero gustar, pero nunca a cambio de esconderme.
No quiero una falsa identidad, ni ser presa de mi propia vanidad.
No quiero ser fugitiva de mis sueños.
Quiero ser mi tren con destino al mundo.
No quiero irme de cañas con falsos profetas, ni ser borreguito de cachemir.
Quiero ser yo.
Y por ello, hoy, me revelo.
No quiero ser mas " La Reina de los Mares".
Quiero tan solo ser el mar, donde dormir a pierna suelta...
como una reina.
Silvia 09.







miércoles, 25 de noviembre de 2009

¡ TIRA YA !

Que me dejes tranquila,
que yo solo quiero un poquito de paz.
Y baja el volumen,
y es que tanto ruido me tiene ataca.
Que con tantas voces no puedo escuchar.
Y frenate un poco,
que yo tambien puedo ponerme a ladrar.
Y baja esa mano,
gastaste los golpes, ya no tienes mas.
Que pares el carro,
te queda muy grande la velocidad.
Que no grites tanto,
que estas de lo tuyo, que no se hable mas.
Y no te lo creas,
que no eres ombligo, ni centro, ni na.
Que sabes que se,
que esto de ser hombre se te da fatal.
¡ Y vete al carajo !
Y toma portazo, que toma
¡ ANDA YA !
Que siga mi vida,
que prenda candela.
Mira que bien vivo sin deberte na.
¡ TIRA YA !

Silvia 09.

martes, 17 de noviembre de 2009

EL LOCO

Cuando era niña, viviamos en una casa con un patio. "EL PATIO", le llamabamos.
Cuantos buenos momentos alli pasados, toda una infancia, ¡y que buena!
Pero si algo recuerdo, ahora con cierta simpatia, es a EL LOCO.
El Loco, era un viejo calvo, no muy alto, huesudo y con cara de muy malas pulgas (aunque debo deciros que nunca llegamos a verle la cara realmente), y muy, muy mal genio.
El Loco, el mayor de mis temores de niña...
Entre nosotros (los crios del barrio), circulaba la leyenda de que comia gatos y niños que secuestraba a su antojo. Creiamos que si te atrapaba, desaparecias irremediablemente, y si te tocaba, te convertia en su esclavo para siempre.
Cosas de crios, si, pero acojonaban...
Pero esta fama no era gratuita ni mucho menos. El ancianito en cuestion, era un mal bicho.
Cuando subiamos o bajabamos las escaleras pasabamos de puntillas por su rellano. Yo, incluso llamaba a mi madre para que bajara a buscarme al portal.
Y es que, si le molestaban nuestras pisadas, risas o ruidos propios de niños, nos tiraba lejia por la ventana. Lejia, o lo que pillara.
Ademas, era capaz de abrir con pasmosa velocidad la puerta, agarrarte hasta hacerte daño del brazo, y gritarte palabras incongruentes mientras clavaba sus ojos de loco en tu cara.
Recuerdo cierto dia en que estando en mi casa "las tres mosqueteras" (estas somos: mi hermana, mi buena amiga de la infancia Olatz, y yo), le vimos desde la ventana de la cocina.
Tenia la casa a oscuras ¿porque no enciende la luz? pensamos al unisono. De repente, cogio algo del suelo y lo puso en la encimera ¿que era?
¡Es un gatito! exclamo Olatz aterrorizada.
No vimos lo que hacia con el, pero nuestra imaginacion volo tan alto, que el pobre gatito acabo afeitado, untado de mantequilla y asado en el horno.
Siempre me he preguntado porque nos dio por pensar que le unto con mantequilla...
Definitivamente, pensamos, ese hombre estaba rematadamente loco.
Como es natural, corrimos a contarselo a nuestros respectivos progenitores, que se limitaron a decirnos la inmensa imaginacion que teniamos.
Ya podeis suponer lo poquito y mal que dormimos esa noche.
EL LOCO....
Mi mayor temor durante aquellos años de " el Patio".
Para ser justos debo decir, que tambien nosotras le puñeteabamos un pelin... ¡eramos crias leñe!
Con el paso del tiempo, cambiamos de domicilio ¡Dios! cuanto extrañe (aun extraño) aquel patio...
Con los años, me entere de que El Loco se llamaba Don Angel, y estaba muy enfermo.
Enfermo y solo.
Vivia solo porque no tenia familia, y recogia gatitos en la calle para cuidarlos, alimentarlos y curarlos. Asi, se aseguraba un poco de compañia.
Pobre Loco...
Al final resulto ser tan solo un pobre viejo amargado, enfermo y solitario que no soportaa a los niños, seguramente porque le recordabamos todo aquello que el no tenia: salud, juventud, alegria, familia...
En fin...
Pobre Loco, ¡¡pero que mal nos lo hizo pasar el jodio por saco!!
No hace mucho me entere de que habia muerto.
Espero que alli donde se encuentre ahora, haya conseguido ser feliz.
Y, ¿porque no?
Desde aqui, Don Angel, le mando un beso.


Silvia 09.




miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA DULCE SARA

Sara, la dulce Sara a quien todos querían, un buen día desapareció sin más.
Nadie se lo explicaba, todos se preguntaban qué habría pasado.
Ella, tan amable, tan dispuesta para los demás, tan sencilla, tan...Ella... se fué dejándolo todo patas arriba.
Su casa, antes abierta al mundo quedó vacía y cerrada para siempre. Tan sólo una nota pegada con celo permanecía en la entrada.
Decía así:
" Queridos Todos: ¡me voy! He decidido abandonarlo todo para vivir. Estoy cansada de ser Sara la buena, la ñoña, la que todo lo perdona... Me harté.
No penséis que ha sido de repente. Este ha sido un proceso largo y especialmente dura la decisión final.
Pero vosotros tan ocupados en vuestras vidas, no habéis sido capaces de reparar en la mía.
Pobres borreguitos!!
Caminais todos en la misma dirección intentando salvar el culo, sin daros cuenta de que poco a poco vuestras mochilas se van llenando de miserias, propias y ajenas.
Y la Dulce Sara, siempre estaba ahí para llorarla, pedirle el favor de..., o simplemente, alegraros el día al compadeceros de mi triste vida.
Pobre Sara, pensábais... mientras la pobre Sara se compadecía de vosotros y se sonreía por dentro.
Pobre Sara, decíais....y sin embargo yo, me sentía tan rica...
La vida más triste no es la mía por ser distinta al resto; eso es precisamente lo que la hace tan especial.
La vida más triste es la de Aquel que aún teniéndolo todo, llora en la soledad de su cuarto porque se siente vacío. La de Aquel que se engrandece con la desgracia ajena. La de Aquel que sólo encuentra consuelo en la tristeza del vecino.
Y vosotros, queridos míos, todos vosotros, sois AQUEL.
Me voy a vivir mi vida, por fín. Una vida hecha por y para mí. Una vida infinitamente deseada.
Me voy, para no regresar.
Pensar, y hacerlo profundamente. Pensar en sí vuestras vidas os merecen.
Espero que en un futuro consigais abrir los ojos y ver el mundo que os rodea. Lo veais como yo lo veo y lo admiréis en su grandeza., Lo conozcais, lo queráis y lo respetéis. Porque sino, os habréis convertido irremediablemente en títeres de vuestras propias miserias. Y mi trabajo, habrá sido en vano.
Sed felices, no cuesta tanto cuando se desea.
Sin más, adios mis pobres amigos.
Adios para siempre."
Los ojos de quienes leían, lloraban apesadumbrados. Ahora entendían que el centro del universo no eran sus ombligos. Ahora, se daban cuenta real de la existencia de la Dulce Sara.
Pero ahora, ya no tenía remedio. ¿O sí?
Sara caminaba lentemente con su mochila al hombro campo a través.
En su cara, una enorme sonrisa.
En sus ojos, el color de la esperanza.
En su boca una canción.
En su cabeza, sus sueños.
Sara, la Dulce Sara... se marchó para vivir.



Silvia 09.



martes, 3 de noviembre de 2009

SUCEDIÓ EN EL METRO...


Esta mañana, una vez más, me he levantado a las 7:45 para acompañar a mi hija al cole.
Pues bien, es a-co-jo-nan-te, ver como en el metro a esas intempestivas horas, salen a flote los más bajos instintos del ser humano.
Primero montamos en un ascensor que nos baja hasta el andén, no sin antes esperar a que suba y baje unas 2-3 veces por lo menos. Porque, amigos, nadie se moja en ir hasta las escaleras.
Y si encima llueve, menos.
El caso es que cuando por fín nos toca el turno a mi niña, su mochila y a una servidora, sale (vaya usted a saber de donde ) la viejilla de turno. Que metiéndose el bastón bajo el sobaco y al grito de: “ losmayoresprimerounpocodeeducación “, te mete el codo hasta los higadillos y consigue pasar la primera.
Y si tú, cortesmente la increpas te suelta: “ hay que ver esta juventud,en mis tiempos.....”
Que tu la miras y piensas: * sus tiempos dice doña arrugas, ¿ y cuando llegan los míos?*
Pero te calllas porque tu hija no debe escuchar esas cosas y te conformas con soltar un:¡¡¡mierdavieja!!!
Por fín estamos en el andén.
Y llega el metro petao, hasta el mismísimo culo.
Con gente con cara de muy pocos amigos, que miran de reojo la mochila de tu hija y con los ojos te están diciendo: “ como me toque el callo una de esas rueditas, van la mochilita, la niña y la madre que la parió, a tomar por saco a la vía en la próxima estación “.
¡¡Joder!!
Eso acojona un poco.
Y cuanta más gente hay, más gente se sube.
Que yo he visto peña colgada del fluorescente, y no es broma.
Y llega tu parada y con ello la odisea pa’ salir de aquel infierno.
Tu te vas posicionando: * A ver, por favor.¿ Nos dejan pasar que bajamos en la siguiente? *
Pues nada oye. A esas horas, o todos dormidos, o todos sordos, o lo más probable, TODOS SON UNOS CABRONESSS.
Aún así, consigues a base de empujones y algún otro pellizquillo que vete tu a saber por donde llega, sacar a tu hija, la mochila y por último a ti misma.
Sales a la carrera porque son las 8:50 y la niña ya debería estar en la fila para entrar en clase.
Encima la llevas tooooooooooda la mañana pegada a tu oreja toda mosqueada diciéndote: “ desde luego ama, y todo por no levantarte 10 minutitos antes. ¡¡Como llegue tarde verás!! “.
Que tu piensas: Mira bonita, con 11 añitos, ponte tu el despertador, ¿ que no?
Pero no, claro. Tu eres la adulta, tienes que controlar. Así que la dices muuuuuuuuyyyyyyyy tranquilamennnnnnteee: *comonotecallestepartolacaraquemetieneshastalmoño ¡¡¡hombreyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! “.
Pero con suavidad y desde el cariño, eh?
Al final la niña llega al colegio y yo, a-te-rro-ri-za-da, monto de nuevo en el metro, a ver si con suerte hoy SI llego pronto a currar.
Por lo menos, a ver si llego entera.

Silvia09.