sábado, 20 de junio de 2009

EL DESPERTAR DE REBECA.


Y decidio vivir...
Rebeca empezo una mañana, a picar debilmente la pared. Poco a poco, sin prisa pero sin descanso.
Dia tras dia, picaba y picaba incansablemente hasta dormirsele los brazos. Pero la pared parecia no ceder.
Hasta que un atardecer descubrio un pequeño desconchon, apenas perceptible. Y a Rebeca le parecio haber descubierto el mayor de los socavones.
El imperceptible desconchon se fue agrandando y agrandando, hasta convertirse en un enorme hueco en mitad de la blanca pared.
Ya cabia medio cuerpo de Rebeca, pero aun faltaba mucho para caber entera.
Mas, lejos de rendirse, continuo excavando. Y no entendia porque, pero con cada acometida, sus fuerzas parecian aumentar, su curiosidad la apremiaba, y una imperiosa necesidad de no sabia bien que, la empujaba.
Hasta que consiguio excavar un largo tunel. Estaba oscuro, pero le parecio ver una minuscula luz al fondo. Seguiria, no le importaba donde fuera a parar.





Habia conseguido romper la pared, y lo aprovecharia. Ya no podia parar, ya no debia echarse atras. Y no lo hizo.
Decidio entonces echar la pared abajo.
Busco y rebusco la manera, y encontro un enorme mazo.
Lo cogio. Era extraño, a pesar de lo grande que era, parecia perder el peso en sus manos.
Y descargo el primer golpe; seco y contundente.
! Se sentia tan bien !
Golpeo incansablemente mañana, tarde y noche. Hasta que la pared, un buen dia, se derrumbo a sus pies.





Y Rebeca quedo extasiada, maravillada. Porque por primera vez en mucho tiempo descubrio, que todo lo que EL la habia contado eran mentiras.
SI, existia otra vida detras de aquella pared. Y toda esa vida la estaba esperando, sentia su llamada.
Llena de polvo, y con las manos agrietadas por el duro trabajo realizado, paso al otro lado.
Y ya no volvio la vista atras.
Rebeca sonreia, algo que habia olvidado. Sonrio a la libertad y se embriago de ella.
Tiro el pesado mazo tan lejos como le permitieron sus fuerzas; ya no lo necesitaria nunca mas.
Ya, nunca, nadie, la sepultaria tras la pared.

Ya, jamas un muro, obstaculizaria el curso de su vida.

Rebeca descubrio que es posible, y se sintio plena.




Y decidio vivir...








Silvia 09.










martes, 16 de junio de 2009

LA CALMA, CURA DEL ALMA.

Hoy he decidido dar un paseo hasta mi casa.
Estoy cansada de metros y autobuses. Me aturden las aglomeraciones, la aceleracion descompensada de la gente. No puedo con esas caras de hastio, me agotan los empujones y me supera, no sabeis hasta que punto, la pasmosa indiferencia del pisoton.
La rapidez de la vida, la agotadora sensacion de ser continuamente observada e incluso, en ocasiones, me atreveria a decir que hasta prejuzgada, por personas que ni siquiera saben mi nombre.
Y he decidido tomarlo con calma, y pasear. Y fijarme en las pequeñas cosas en las que nadie se fija: un paso de peatones a medio pintar, el eterno semaforo estropeado, el unico pajaro del unico arbol de esta jungla de asfalto, el color de un edificio recien pintado...Y ya no existe la gente.
Miro al cielo. El sol se esta despidiendo y parece que va a llover.
Pero que mas da, un poco de lluvia refrescara mi mente.
Camino y camino sumida en estas y otras muchas cosas mas. Sin darme cuenta, he llegado a mi casa. Me paro en el portal, saco la llaves... pero las vuelvo a guardar.
Comienza a llover, como imaginaba.
- Este es un buen momento para seguir caminando.- Pienso.
Y continuo mi camino, hasta que mis pies dicen ! basta ya !
Y en ese instante, bajo la lluvia, y empapada. Andando lentamente entre la masa que huye despavorida del agua, como si de acido se tratara... En ese instante me siento la mujer mas afortunada del mundo.
!! Que importante es la calma !!
La vida es ya de por si, corta. Porque empeñarnos entonces en acortarla mas, viviendo en continua aceleracion?
Mi paso es quiza lento, pero seguro. Y mis pisadas fuertes y contundentes.
Y asi regreso a casa, con la satisfaccion de la relajacion de mi cuerpo y de mi mente.
Sabeis?
Prefiero caminar lentamente y disfrutar de cada particula del universo, que correr hasta quedar exausta, y cuando me pregunten por lo vivido, no saber que contestar.





Silvia 09.

sábado, 13 de junio de 2009

LA HISTORIA DE " CUALQUIERA ".

Esta podría ser, y acaso lo sea, la historia de CUALQUIERA.
CUALQUIERA tiene 16 años y es adrenalina en estado puro. Una olla de hormonas en plena ebullición.
CUALQUIERA vive por y para sus colegas, pasando totalmente del "mal rollito" que le producen sus padres. Tantas reglas que cumplir, horarios, estudios.... Eso no va con CUALQUIERA.
CUALQUIERA se escaquea de las clases para fumarse unos petas en el banco del parque. Y pasa la litrona de su mano a la boca con pasmosa velocidad.

CUALQUIERA siente que se come el mundo, mientras el mundo se lo va zampando a pequeños pero contundentes bocados.
CUALQUIERA un buen día se escapa de casa para "vivir" su vida. Su vida, je!
CUALQUIERA despierta un día en medio de la nada con dolor de cabeza y la boca pastosa. No recuerda nada.
CUALQUIERA descubre de repente horrorizado que sus 16 años se han duplicado, mientras sigue en el mismo banco, del mismo parque, litrona y peta en mano. Y mirando a ambos lados, descubre que se ha quedado solo.
CUALQUIERA decide cambiar y buscarse la vida. Pero se cansa enseguida, porque buscar y encontrar no es empresa facil, y vuelve a su banco.
CUALQUIERA llora por los años perdidos, por el tiempo malgastado, por el dolor causado, por tanto sinsentido. Lamenta no haber vivido.
CUALQUIERA se enciende otro peta para olvidar. Y olvida por un momento, pero recuerda de nuevo.
¿ Qué demonios ? - se dice CUALQUIERA
- A fín de cuentas, este banco no es tan duro.
Y se tumba, dejando descansar cuerpo y mente. Y sueña.

Sueña que en la vida, CUALQUIERA, puede triunfar.
CUALQUIERA tiene buena casa y mejor curro.
Sueña que CUALQUIERA, es igual que cualquiera.
Sueña que CUALQUIERA es felíz. ( Iluso ).
Sueña que CUALQUIERA, es importante para los demas .
¡ Dios !

Que duro será despertar para CUALQUIERA.
Silvia o9.

jueves, 4 de junio de 2009

LA CRUDA REALIDAD

 
ME HE PERMITIDO RESCATAR ESTA ENTRADA QUE ESPERO OS GUSTE.
ESCRIBIRÉ ALGO NUEVO EN CUANTO ME PONGA DE NUEVO AL DÍA.



Llovía y hacía frío.
La humedad calaba sus huesos y su desgastado cuerpo temblaba bajo la raída chaqueta.
Caminaba sin rumbo fijo. A fin de cuentas, nadie le esperaba en ningún sitio.
Y ningún sitio esperaba su llegada.
Llevaba la mirada pegada al suelo, en busca de una colilla que echarse a los pulmones.
De vez en cuando rebuscaba entre la basura, anhelando siquiera un trozo de pan duro que engañase a su apaleado estomago.
¿Cuanto hacia que no comía caliente? No lograba recordarlo.

A su espalda, una ajada motxila guardaba sus escasas pertenencias: una camisa apolillada, un viejo gorro de lana, la foto de una mujer que no recordaba conocer pero, ¡Dios! que hermosa era..
Y poca cosa más.
De vez en cuando levantaba la mirada del suelo en busca de un sitio donde resguardarse y pasar la noche, pero la cosa estaba difícil.
En otros tiempos, los cajeros eran su cuna. Pero desde lo del pobre Huesos tenía miedo. A Huesos le habian apaleado mientras dormía en uno de ellos.
-Panda de bestias sin corazón- pensó malhumorado.
En ocasiones intentaba ser amable con ellos.
Ayudaba a las viejitas con las bolsas del super, cuidaba los coches de quien no encontraba aparcamiento... Y a cambio no recibía más que unas tristes monedas que apenas le llegaban para un bollo de pan tierno. ¡¡Malditos!!- mascullo.


La gente le rehuía, le miraba con desprecio, e incluso en ocasiones creyó atisbar miradas asqueadas.
¿Acaso tenía él la culpa de no tener nada?
¿Era quizá el culpable de tener por casa las calles?
¿Tal vez le culpaban por no trabajar?
¿Sería acaso posible que su pobreza provocase repugnancia?
No, el mundo no podía ser tan cruel.
Estaba seguro de que si lo pedía, la gente le ofrecería ayuda, le daría de comer o le cobijaría.
No podía permitirse el lujo de creer que el mundo le había olvidado.
 No quería pensar que era un apestado.
Y decidió entonces probar suerte.
Pidió limosna al primer paseante con el que se cruzó, pero este le apartó de un manotazo.
- Bueno- pensó: -simplemente me ha tocado el más gilipollas.-
Volvió a pedirla a una mujer que pasó por su lado.
 Pero esta salió corriendo aterrada.
- Joder- pensó- En verdad debería asearme un poco, debo parecer el mismísimo diablo.-
Un grupo de chavales se le acercaron y se dispuso a pedirles un pitillo, pero estos, le zarandearon y se burlaron de el.
-Juventud- pensó entonces- Sólo estaban bromeando.-
Seguía resistiéndose a creer que el mundo fuera en relidad tan cruel.
De repente sintió un profundo dolor en el brazo seguido de una cortante punzada en el corazón.
-¡Dios mio! -pensó -Un ataque. Pero tranquilo, por aquí pasa mucha gente, me verán aquí tendido en el suelo, y me ayudarán. Llamarán a una ambulancia, y esta pesadilla habrá teminado.
Pero la gente pasaba de largo, ni siquiera le miraban.
No podía creerlo, era cierto: el ser humano era cruel, malvado y despiadado.
Sentía ganas de vomitar.
¿Cómo habia estado tan ciego? ¿Cómo había podido creer en ellos?
Cerró los ojos, ya no quería ver mas.
Deseaba irse. Y se fue.
Al cabo de un rato llegó la ambulancia y se lo llevaron.
-Ahora- pensó -
Ahora que ya marché es cuando me véis.
Ahora que yazco en el suelo mojado es cuando me levantáis.
Ahora que ya no importa...  Ahora ....
¡¡Cabrones!!

Silvia 09.